13 de septiembre de 2012


Esta noche tuve un sueño. Soñaba que un día imprevisto conocía a un chico imprevisto, que era mucho más de lo que a primeras parecía.
Era un chico que, aunque no era de esos que cuando le ves dices: ¡es impresionante! Sí que causaba en mi una dependencia absoluta; un chico alegre, simpático, que le gustaba disfrutar, guapo, que no le importaba lo que la gente pensase, y lo mejor de todo, que me deseaba tanto como yo a él.

Soñaba estar con ese chico después de un día entero, inolvidable, a su lado, que llegara la noche, tarde, acostarme con él en la cama, imaginando que el resto de mundo no existe, solo nosotros, solo él y yo...Soñaba que después, por la mañana, la luz del sol entraría por el visillo de la ventana, creando una luz tenue pero suficiente como para quitarme el sueño; y al despertarme, estaba ahí, a mi lado, durmiendo apaciblemente con una sonrisa dibujada en la cara, y yo mientras esperando su despertar para volver a ver sus ojos mirándome, volver a pasar un día mas con él. Pero fue entonces cuando el sueño se volvió gris, él tenía que marcharse de mi lado, tenía que irse de donde fuera que estábamos... En ese momento sabía que aquel sentimiento iba a ser eterno, porque no sabes lo mucho que te importa una persona hasta que la pierdes para siempre.

Prometimos vernos, seguir esta historia de cuento feliz y continuar siendo las personas más felices del mundo que un día fuimos.
Ahora a las cuatro de la mañana despierta en la vida real, con un ligero mal estar y nostalgia del sueño que había tenido... Porque acostarse y volver a despertar junto a la persona perfecta con la que puedes ser feliz cada uno de los días de tu vida, no tiene precio...
Esa es mi fantasía de cada noche; Ahora más que nunca, deseo que los sueños se hagan realidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
No puedo vivir sin música, y mucho menos sin reírme mucho cada día. Me encanta hacer el tonto y cometer locuras. Se me da mejor escuchar que hablar. Creo que un beso, un abrazo o una caricia son lo que me hacen ser más fuerte cada día. Que vale la pena sonreír por las cosas más pequeñas e insignificantes, y sin duda alguna hay que cometer errores para aprender de ellos más tarde. Por lo demás soy la chica más normal del mundo.